Los primates que sí hacen ciencia

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Por Elisabeth Casanova y Jorge Quiroz Valiente

 

El uso de animales en la investigación científica es un tema complejo con argumentos a favor y en contra. Por un lado, la investigación con animales ha llevado al desarrollo de muchos avances médicos y científicos que han salvado vidas humanas. Por el otro, hay posturas que consideran al uso de animales en la investigación cruel e innecesario.

Existe toda una rama de la ética, la bioética, dedicada justamente a las consideraciones morales de los humanos cuando tratan con la vida. Por supuesto, también abarca las consideraciones con los seres vivos durante la investigación científica. De manera general, coincide la bioética en varias ideas clave. Una de ellas es que los ejemplares utilizados en la investigación sean tratados con respeto y dignidad. Esto implica, por lo tanto, que los experimentos deben diseñarse de tal manera que se minimice el dolor y el sufrimiento de los animales; de igual manera, que los animales utilizados en la investigación sean sacrificados de una manera rápida y humana.

Particularmente el uso de primates no humanos (PNH) en la investigación biomédica ha sido ampliamente evaluado en el mundo. Se consideró esencial para el desarrollo farmacéutico, la investigación sobre enfermedades infecciosas (xenotrasplante) y neurociencia. Para ponerlo en perspectiva, las pruebas de seguridad de productos farmacéuticos y dispositivos médicos suelen requerir PNH debido a las dificultades para extrapolar datos in vitro a humanos.

Los científicos y el personal que trabaja con PNH requieren una amplia capacitación y dedicación para desarrollar experiencia en las técnicas de investigación específicas y en el manejo de PNH y sus preocupaciones éticas y de bienestar.

Actualmente hay obstáculos que superar para que puedan ocurrir colaboraciones globales que involucren modelos PNH. En primer lugar, a diferencia de la investigación biomédica humana que se adhiere a la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, no existen marcos regulatorios o éticos universalmente aceptados y consistentes que rijan la investigación biomédica que involucra a los PNH. En cambio, las instituciones individuales, los estados y los países asignan sus propios estándares y regulaciones éticos con varias instituciones de todo el mundo que adoptan las pautas de los NIH estipuladas en la Guía para el cuidado y uso de animales de laboratorio (https://grants.nih.gov/grants/olaw/guide-for-the-care-and-use-of-laboratory-animals.pdf).

De igual modo, el transporte seguro y fiable de animales de investigación por aire, ferrocarril, carretera o mar es un elemento esencial para los avances médicos y científicos en todo el mundo. No obstante, la capacidad de hacerlo está gravemente amenazada. Air France (la única aerolínea comercial que transportaba PNH) anunció en julio de 2022 que ya no transportaría PNH utilizados en investigación científica. En Europa y EE. UU., tanto el transporte como la cría de caninos, “criados con un propósito” para la investigación biomédica, se enfrentan a campañas activistas. Sin la capacidad de mover animales de investigación cruciales para los estudios científicos, la búsqueda de nuevos tratamientos se verá interrumpida.

Por su parte, la interrupción actual de la exportación de PNH desde China ha resultado en una escasez mundial de PNH utilizados con fines científicos. China es el mayor exportador mundial de PNH. Sin embargo, desde enero de 2020, los investigadores del PNH en Europa, América del Norte y otros continentes no han podido acceder a los animales que necesitan, lo que dificulta la innovación y el descubrimiento.

Aunque el número de PNH es relativamente bajo en investigación biomédica (actualmente, el 0.09 % de todo el uso de animales: https://www.eara.eu/animal-research-statistics EU statistics 2020), los modelos de PNH han aportado desarrollo biomédico y científico muy significativo. Si las campañas hubieran tenido éxito en la década de 1980 para detener el transporte de primates, estaríamos muy lejos de la comprensión de asuntos tan relevantes como el tratamiento con apomorfina para la Enfermedad de Parkinson; el desarrollo de la terapia antirretroviral para el tratamiento del VIH/SIDA, el tratamiento quirúrgico de la degeneración macular y las nuevas técnicas en la terapia de rehabilitación del accidente cerebrovascular

Hay una serie de alternativas a la investigación con animales, como el uso de cultivos celulares, modelos informáticos y ensayos clínicos en humanos. Sin embargo, estas alternativas no siempre son adecuadas para todos los tipos de investigación. En algunos casos, el uso de animales sigue siendo el único método viable para obtener información sobre una determinada enfermedad o condición.

Es un hecho que el trato respetuoso hacia la vida debe ser casi dogmático en la investigación; en ningún momento se promueve lo contrario. Por ello, hay maneras muy prudentes de manipular a los animales de laboratorio. Es decir, no son mutuamente excluyentes la ciencia y el trato digno de los objetos de estudio. Ahora bien, esto será más difícil mientras no se unifiquen y respalden las reglamentaciones respecto a este tema. Y al mismo tiempo, de nada sirven leyes y acuerdos mientras no se procuren instituciones científicas sólidas, transparentes e incorruptas, aquellas que se rijan según lo que predican, como seguro las hay.