La tradición de las piñatas en las posadas mexicanas.

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Entre los elementos más típicos de las celebraciones decembrinas en México están las piñatas y las posadas, símbolos reconocidos internacionalmente de la cultura mexicana. 

Sería difícil imaginar las posadas sin piñatas, pues estas coloridas decoraciones, originalmente hechas de barro, se rellenas de frutas de temporada como tejocote, jícama, lima, caña de azúcar, mandarina, naranja así como cacahuates y diversas variedades de dulces.

Las posadas y las piñatas llenan los hogares mexicanos con dulces aromas del campo mexicano, presente en todos y cada uno de los alimentos que distinguen esta bella temporada. 

Esta tradición llegó a México en el año 1586 (siglo XVI), cuando los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl, en el estado actual de México, cerca de la zona arqueológica de Teotihuacán, recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar las “misas de aguinaldo”, que más tarde se convertirían en las posadas. Fue en esas misas que tuvieron lugar en los días previos a la Navidad que los frailes introdujeron la piñata.

La piñata original era una olla de barro, se le agregó papel de china de colores para hacerla más vistosa y representar los placeres superfluos. Los siete picos simbolizan los pecados capitales y debían ser destruidos con los ojos vendados (haciendo alusión a que la fe es ciega), con la ayuda de un palo que demuestra la virtud terminando con las tentaciones. Los caramelos y otras golosinas dentro de la piñata representaban las riquezas del reino de los cielos, por lo tanto la enseñanza que se acompañaba con fe y una sola virtud, podía vencer el pecado y recibir todas las recompensas del cielo.

Actualmente es posible conseguir piñatas de barro en diferentes poblaciones del país, sin embargo es en Acolman, Estado de México, donde año con año se lleva a cabo la Feria de la piñata.

FUENTE: https://www.gob.mx/agricultura/articulos/del-campo-a-las-posadas-353323?idiom=es